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Una empresa californiana ha llevado al extremo la idea del reciclaje de aviones retirados de uso y el resultado no puede ser más espectacular.
Para los amantes de los aviones, al igual que ocurre con los que somos forofos de los coches, ver un aeroplano que llega al final de su vida útil y empieza a ser desguazado resulta casi “doloroso” ver como se desprenden cada una de sus piezas sin que tengan un nuevo uso, más que reutilizar sus materiales. Pues los responsables de Motoart tuvieron una visión más romántica y decidida de esos desguaces de aviones para darles una nueva vida que disfrutarán los entusiastas de la aviación o simplemente de la decoración de aire más industrial y tecnológico.
En sus instalaciones de Torrance, en California, Motoart transforma piezas de todo tipo procedentes de aviones que ya no están en servicio en elementos de mobiliario realmente sorprendentes. Manteniendo el aspecto original de estas piezas, el ingenio y el trabajo artesanal las convierte en todo tipo de objetos perfectamente utilizables. Llevan casi 15 años recorriendo los principales “cementerios” de aviones de todo el mundo, incluido el de Teruel, que visitan habitualmente, para adquirir las piezas que más tarde darán forma a sus creaciones.
Esas piezas son transportadas a su estudio de California y después de muchas horas de trabajo dedicadas a la restauración, ensamblaje, pulido y acabado, cada una de estas obras de arte tecnológicas adquieren una nueva funcionalidad como un mueble. Los diseñadores intentan modificar lo mínimo posible la esencia de la pieza y que sea su propia forma la que inspire la nueva función que debe cumplir dentro de un hogar, un despacho o un espacio público.
Las hélices de un B-17 pueden transformarse en unas llamativas esculturas pero las alas de un C-119, un DC-3 o un DC-4 se convierten en una imponente mesa de reuniones. No menos llamativa es la mesa circular de reuniones a partir de la turbina de un Boeing 747 o una un poco más pequeña para el hogar con la turbina de un DC-9 como laque aprece en la foto que abre este artículo. Parte del fuselaje de un DC-9 puede ser una mesa de despacho o un tabique de separación de espacios o convertirse en una sorprendente estantería o un sofá con los asientos originales. Las piezas originales se combinan con otros materiales como madera o cristal para realzar su diseño y permitir que tengan una nueva utilidad.
También tiene una segunda colección denominada Planettags en la que se aprovechan otros elementos menos “llamativos”, como las tapicerías de cuero para realizar piezas de marroquinería para llaveros y algunos recortes del fuselaje se convierten en llaveros de metal dejando clara su procedencia. En esta colección se pueden encontrar elementos procedentes de aviones comerciales, vintage e incluso helicópteros militares. Los precios de las piezas de mobiliario deben solicitarse directamente a la marca y dependen de la disponibilidad y de los deseos de personalización de cada cliente. Los llaveros realizados a partir de pequeñas piezas del fuselaje arrancan en los 25 dólares y varían en función de la “rareza” del donante.