Para homenajear a los ingenieros militares, el Comando del Ejército solo tiene fondos para la mitad de las medallas.

La resolución 6879 del 3 de octubre de 2022, firmada por el comandante del Ejército, general Luis Mauricio Ospina, concede la medalla militar Torre de Castilla a un grupo de oficiales, suboficiales, soldados y civiles por el Día del ingeniero militar, que se celebra cada 5 de octubre.

Esta condecoración es una de las más importantes que todo integrante del arma de ingenieros quiere llevar en su solapa, un premio que obtienen por su desempeño en sus labores dentro de la institución.

Los uniformados acreedores a esta medalla esperan con ansias esta ceremonia, que se realiza en el campo de paradas de Puente Aranda, al occidente de Bogotá, a donde algunos viajan con sus familias para que los acompañen en el importante evento.

Pero este año, los uniformados tuvieron una sorpresa desagradable: un primer grupo de sesenta militares que llegaron para el ensayo de la ceremonia en la tarde del martes, 4 de octubre,en su mayoría de zonas alejadas de la capital, fueron informados que no tenían medallas para todos y que debían ir a comprarlas en los almacenes militares cerca al Ministerio de Defensa, en el CAN. El precio de la anhelada medalla oscila entre los 200.000 y 300.000 pesos. 

El excomandante del Ejército Eduardo Enrique Zapateiro está entre los homenajeados, pero CAMBIO confirmó que no irá al evento. 

Una fuente le comentó a CAMBIO que un alto oficial les dijo que solo tenían condecoraciones para 50 de ellos, y que no había para los otros uniformados y civiles. Es decir, se ganan una medalla, pero deben  pagarla de su bolsillo. 

Algunos de los condecorados que tendrán que pagar su reconocimiento han sido destacados por operaciones militares de alto riesgo, como neutralización de explosivos y minas antipersonal.

La mayoría de los uniformados están pensando si asisten o no a la ceremonia militar.