La chapa y el abrebotellas, vidas paralelas | El Diario Montañes

2022-10-22 19:18:04 By : Ms. Alina Wang

A finales del siglo XIX surgen con gran demanda en Estados Unidos los refrescos con gas de difícil apertura.

Recuerdo aquellas chapas de Fanta, Pepsi-Cola, Mirinda o Kas, con las fotografías de Luis Ocaña (El Francés de Priego), Eddy Merckx (El Caníval), Raymond Poulidor (Poupou), Jacques Anquetil (Monsieur Crono), Felice Gimondi (El Fénix)... Sobre una fina capa de plastilina se colocaba el rostro fotografiado de nuestros ciclistas favoritos para después, sobre un tortuoso circuito pintado a tiza en la acera, emprender apasionantes carreras impulsando las chapas a base de golpes de uña. Eso sí, primero había que conseguir que nuestro camarero de confianza, o mejor dicho el de nuestros padres, abriese la botella de cola, naranja o limón sin dañar mucho su lengüeta. Que quedase lo más plana posible.

Para ello, era, y es, aunque ya no se practiquen los tours y giros ciclistas en las aceras, que se manejara con soltura el abrebotellas, esa pieza de metal de inequívoca silueta, y que es imprescindible en el material diario de los profesionales de la hostelería.

Fue un tal William Painter el que inventó y patentó, el 6 de febrero de 1894, este utensilio para abrir las bautizadas como botellas con tapón corona. Un ingeniero irlandés que, con 20 años, se trasladó a Estados Unidos donde, además, patentó una máquina para coronar ampollas, otra de plegado de papel, un asiento de expulsión de seguridad para trenes de pasajeros y un artilugio para detectar monedas falsas.

Pero antes del abrebotellas, Painter, inventó la chapa, un 'pelotazo' en la época. A finales del siglo XIX surgieron en Estados Unidos los refrescos con gas y pronto se hicieron con el público del continente, tan aficionado a todo lo dulce. Su envasado era complicado, pero este mecánico irlandés encontró la solución. Un tapón hermético y metálico, que cubría la boca de la botella y que no dejaba salir ni una sola burbuja del interior.

No fue para Painter una tarea fácil, ya que tuvo que competir con más de un millar de inventos. El suyo era un tapón muy resistente al potente gas de cada botella. Además, no presentaba muchas dificultades en su colocación, gracias a una máquina industrial también inventada por él. La chapa se patentó en 1892.

La segunda parte resultó más complicada de lo previsto. Muchos norteamericanos, especialmente los de las zonas rurales, no sabían cómo abrir aquellas botellas con tapón metálico. A lo bestia y sin miramientos, conseguían romper el cuello del envase y así podían acceder a aquellos refrescos tan de moda. Así que Painter se puso manos a la obra para poder 'salvar' a sus nuevos compatriotas y se sacó de la manga el abrebotellas.

El principio del también conocido como 'destaponador' consiste en un resalte que se inserta en la base de la chapa a modo de cuña y un mango con el que se ejerce una acción de palanca para retirarla. Existen tres tipos: el de mango corto, el habitual de los camareros; el cabeza redondeada cuyo movimiento de apertura es de adelante atrás, y el adosado a una pared. Fácil.